.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Hace un otoño...

Adela caminaba con firmeza, sabía que dirección tomar. Se lo indicaba la carta de baraja que palpitaba en su mano. Sin prisa, eso sí, pues no quería dejar atrás a su querida Casiopea. Finalmente, se volvió y tomó a la cansada tortuguita en brazos.

Los edificios y sus habitantes fluctuaban a sus lados como sombras. Después de la luz serena de ese templo de la sabiduría donde su alma había descansado, el mundo aparecía borroso ante sus ojos.

Llegó por fin a una plaza redonda, gris. En su centro, una fuente redonda, gris. Con agua metálica, gris. Sentada en el borde, una delgada figura de negro y rojo.

Era un arlequín (se había pintado así por cierto libro de Jostein Gaardner.) Un arlequín triste. Un arlequín que había vivido acompañada en el templo de la sabiduría, el mismo del que venía Adela, pero se había marchado de allí al quedarse sola, dejando su corazón en el suelo. Casiopea lo había encontrado. Adela lo llevaba en la mano.

Ahora, acurrucada en la fuente, dejaba que negras lágrimas emborronaran su maquillaje blanco, antes de esconderse entre sus labios rojos. Antes gustaba de escuchar, y no se había dado cuenta de que por sus silencios nadie la echaría en falta. Que su destino sería desvivirse por quienes la olvidarían. Miraba un cómic que no había leído, y pasaba las páginas en su regazo, buscando y observando siempre un mismo personaje.

- ¿Eres The Jolly Joker? –preguntó Adela.

El arlequín levantó la cabeza, desconcertada. Arrancó la hoja que tenía delante y se puso de pie, mirándola a la cara.

- Soy Adela.

El arlequín hizo un gesto de sorpresa, y luego sonrió irónicamente. Porque por fin había comprendido, y sabía otros muchos nombres para ella.

Se hundieron la una en los ojos de la otra. Vieron todo el daño que se harían, y las vendas que se pondrían, vieron los abismos que explorarían al conversar, los secretos que se dirían, y los que tardarían sangre en sacarse. Vieron que ambas llevaban en el pecho las medallas de sus Amores, tan distintos y tan similares. Se vieron dibujar, bailar, escribir. Reír hablando un idioma extranjero ante un té.

Ambas habían renacido en el templo de la sabiduría, y ya no tenían miedo. Habían terminado de esperar, y ahora sólo les quedaba crecer juntas. Ya no volverían a estar solas, y sabrían al fin reunir a otros a su alrededor.

Adela le tendió al arlequín su carta. Ella la apretó juntó a su pecho dormido, pues había pensado que nunca la recuperaría. Después le alargó a Adela la página que había arrancado antes. Se acercó y le susurró al oído:

- Eterna...

Adela asintió. Ahora lo sabía.

Se dieron la mano, despertando los cascabeles del traje de la de ojos verdes. Casiopea, adormecida en el pecho de la de ojos marrones, levantó la cabeza buscando el sonido tintineante.

Se alejaron en silencio, un silencio cómodo y agradable que por fin no era necesario romper.



*By Isabel Grábalos Licensed Under a Creative Commons License.

14 trazos:

Anónimo dijo...

Que sepas que me has hecho llorar...
y que me ha encantado profundamente.
Gracias de todo corazón. La verdad es que ya no recordaba mi nombre.

Isabel Colette dijo...

Me alegro de que hayas empezado a "vivir" este año también. Y que hayas recordado tu nombre, o uno de los múltiples que tienes, Kyo^^. Y que te haya gustado ya me hace feliz, porque era todo para lo que existía este cuentecillo.

Un cuento escrito a mano, pluma sobre papel, como los de verdad. El original te pertenece.

Espero que sigamos juntas 19 otoños más.

Besos!

P.D.: Nadie piense mal...

Juan Duque Oliva dijo...

Me gustaría pensar bien, que como buenas amigas os encontrais en la fuente y bebeis su agua, dejando de ser comodín del primero que se os cruce al paso.

Ánimo a las dos y suerte.

Unknown dijo...

Os pintaría en un cuadro su fuera capaz. Las dos sentadas junto a la fuente.

Un cuento precioso, al igual que vuestra amistad. ^^

OjosMiel. dijo...

Valoro a esas personas que respetan los silencios por encima de las palabras.

Isabel Colette dijo...

Luz de gas, muy bien pensado, jaja.
Es eso exactamente, palabra por palabra...

Gracias!

Isabel Colette dijo...

Parpadee,

Créeme que estoy viendo ese cuadro como si lo hubieras hecho...

Gracias^^

Isabel Colette dijo...

Pero son muy pocas las personas con las que se puede permanecer en silencio sin que sea pesado...

Gracias, R, es delicioso que pases por aquí a decir algo así.
Saludos!

AAN dijo...

Casiopea... Me trae tanto recuerdos...

Besito, guapa. Volveremos a vernos

J dijo...

me paro y aplaudo una amistad tiene mil expresiones pero la mas bella de todas es el paso de los años...

-J

R. dijo...

Gracias por el comentario y perdón por la tardanza en contestar,es que estoy a tope xd :) Te agrego por aquí!

Isabel Colette dijo...

Aan, gracias por pasarte por aquí, será delicioso verte.

Realmente ese nombre está lleno de recuerdos...

Isabel Colette dijo...

Años... Espero que podamos darnos ese aplauso dentro de muchos años;P

Gracias por pararte.

Isabel Colette dijo...

No te preocupes por la tardanza, ha sido una grata sorpresa verte, la verdad es que la vida va muy deprisa, yo desde luego no tengo todo el tiempo que desearía...

Un beso, nos seguiremos cruzando.